Científicos de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) demuestran que la falta de descanso puede modificar el efecto de las vacunas e incluso, hacer que no tengan efecto alguno.
El estudio consistió en el análisis de la respuesta inmunológica tras la vacunación contra la hepatitis B en personas sanas de entre 40 y 60 años. Los resultados desvelaron que los participantes que dormían menos de seis horas diarias fabricaban menos anticuerpos en respuesta a la vacuna, y muchos de ellos no quedaban inmunizados tras la misma.
Es por ello que los científicos recomiendan dormir entre siete y nueve horas diarias, preferiblemente con un horario habitual.
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