Las vacunas se administran eligiendo
una u otra vía en función de los resultados de eficacia y seguridad obtenidos
en diversos ensayos clínicos y estudios previos antes de su autorización y
comercialización.
La vía oral es, después de la parenteral, la vía más frecuente
y generalizada para algunas vacunas. Sus mecanismos de acción de basan en la estimulación inmunitaria a través de las
mucosas. Para su administración se utilizan viales monodosis, que se aplican directamente en la boca; o multidosis, que se aplican con un
gotero especial que suministra el fabricante con la vacuna. Si hubiese regurgitación
o vómito en los primeros 15 minutos después de la administración sería
necesario proporcionar una nueva dosis.
En la administración por vía intradérmica se introduce
una pequeña cantidad de antígeno vacunal en la dermis. Tras depositarse, éste es absorbido a nivel local de forma
lenta y paulatina; el antígeno es transportado por la corriente sanguínea desde
la dermis hasta la base de la epidermis, momento en el que se inicia la
reacción inmunitaria. La localización empleada es la superficie palmar del antebrazo o la parte superior del brazo.
La administración por vía subcutánea consiste en la
introducción del preparado vacunal debajo de la piel, en el interior del tejido celular subcutáneo. El mecanismo
de acción es el mismo que el de la vía intradérmica. Las inyecciones
subcutáneas pueden aplicarse en la cara anterolateral
del muslo en niños menores de un año; y en la parte superior del brazo y región del músculo deltoides en niños mayores de un año y adultos.
Las vacunas que se administran
por vía intramuscular tienen
la particularidad de quedar depositadas en un tejido altamente vascularizado
pero, en comparación con las vías intradérmica y subcutánea, pobre en células
presentadoras de antígenos, por lo que es necesario que el producto vacunal
permanezca más tiempo en el lugar de inoculación. Este tipo de vacunas se
administran en lugares anatómicos de masa muscular profunda para que así la
absorción del antígeno sea óptima, y el riesgo de lesión vascular o neurológica
mínimo. En recién nacidos, lactantes y
niños menores de 12 meses el lugar de inyección es la zona superior y
anterolateral del muslo correspondiente a la masa muscular del vasto externo.
Entre los 18 y 36 meses, es
aconsejable realizar una valoración
individualizada de la musculatura de cada paciente para elegir el lugar
adecuado; la región de mayor preferencia es el la del músculo deltoides.
La administración por vía intranasal no está todavía
disponible en Europa. Esta vacuna se administra mediante una jeringa intranasal
sin aguja, que libera el contenido en forma de aerosol. Como se trata de una vacuna de virus vivos atenuados y,
por lo tanto, deberán tomarse precauciones para no liberar inadvertidamente el
contenido al ambiente.
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