Insuficiencia renal.
Los enfermos de insuficiencia renal
o enfermedad crónica renal son considerados como pacientes de alto riesgo, con
una susceptibilidad mayor a las infecciones que las personas sanas. La
vacunación de este colectivo se enmarca dentro de las estrategias de vacunación
de los adultos.
La morbimortalidad por
enfermedades inmunoprevenibles tiene especial relevancia en estos pacientes,
por lo que la existencia de vacunas que pueden prevenir la aparición de este
tipo de complicaciones será de gran importancia en su manejo terapéutico. Debido
a que la respuesta inmune es menor en
estos enfermos y a que el proceso de
diálisis conlleva una pérdida progresiva de anticuerpos, es necesario revacunar y hacer seguimiento de los niveles serológicos de anticuerpos
frente a la Hepatitis B para aplicar dosis de vacuna adicionales en determinados
casos.
Las vacunas indicadas más
destacadas en este tipo de pacientes son: la vacuna anual frente a la gripe; la vacuna antineumocócica conjugada 7 valente en aquellas personas
con síndrome nefrótico (o la antineumocócica
polisacárida 23 valente en mayores de 5 años); y la vacuna frente a la hepatitis B, indicada especialmente en enfermos
con trasfusiones periódicas, sometidos a hemodiálisis o en programas de
trasplante renal.
La vacunación precoz en estos pacientes es de capital importancia
por las siguientes razones:
1. La respuesta a la vacunación es mejor cuanto
menos edad tenga el paciente y más favorable sea la situación de su sistema
inmune.
2. La protección frente a
potenciales situaciones de riesgo (la diálisis puede favorecer la exposición al
virus de la hepatitis B).
3. Las posibilidades de empleo de
vacunas inactivadas, que genéricamente están contraindicadas tras el trasplante
renal.
4. El "adelanto” de vacunaciones
que se prescriben a los pacientes en el programa de trasplante renal.
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