La leucemia linfoide aguda (LLA)
es un cáncer de crecimiento rápido de los linfocitos, células que se encuentran
en la médula ósea y otras partes del cuerpo.
En estos pacientes la inmunogenicidad de las vacunas disminuye
por acción de la quimioterapia, lo que depende de su intensidad y duración.
Es por ello que se deben considerar refuerzos
contra las vacunas inactivadas, como la difteria, el tétanos y la polio. No
obstante, las personas con LLA no pueden recibir vacunas de virus vivos hasta
que hayan transcurrido, como mínimo, tres meses desde el final de la
quimioterapia.
La vacuna de la polio oral
de virus vivos está contraindicada en convivientes del paciente, aunque
éstos sí pueden recibir cualquier otra vacuna viva.
Los niños con LLA deben vacunarse anualmente contra la haemophilus influenzae tipo b (Hib),
siguiendo las pautas habituales y aunque el niño esté recibiendo la
quimioterapia. Sin embargo, si el niño es mayor de 15 meses, puede ser
preferible administrar dos dosis de vacuna separadas por un intervalo de uno o
dos meses, para compensar la menor inmunogenicidad de estos pacientes.
La vacuna neumocócica conjugada heptavalente está indicada en todos
los niños menores de 24 meses.
La vacuna de la gripe debe realizarse entre 3 y 4 semanas después de suspender la quimioterapia, pues la inmugenicidad
de la vacuna puede ser notablemente menor, así como aumentar los efectos
secundarios.
Por último, la vacuna de la varicela es importante en
este tipo de pacientes, pero el recuento de linfocitos CD4+ debe estar en rango
normal, es decir, sobre 25%.
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