Este es un vídeo en el que se nos
presenta el mundo de las Vacunas desde dos bandos, se puede decir, totalmente
contrarios. Así pues, se inicia el documental desde el principio de esta historia;
apenas una hora después de nacer, un
bebé recibe su primera vacuna de las 35 inoculaciones que recibirá en los
próximos seis años de su vida contra 14 enfermedades (Difteria, HIB,
Hepatitis A, Hepatitis B, Gripe, Sarampión, Meningitis, Paperas, Tos Ferina,
Neumonía, Polio, Rotavirus, Rubéola, Tétanos), más dos que recibirán en la
adolescencia. Según los expertos las
vacunas han aumentado la esperanza en vida en 30 años.
En EEUU, el Centro de Control de Enfermedades ha detectado comunidades dónde
los padres son reacios a vacunar a sus hijos. Los doctores de estas
comunidades temen que el índice tan bajo de vacunación en estas comunidades
haga reaparecer enfermedades que no se han visto en décadas. La mayoría de los
brotes de vacunación provienen del exterior, como los viajes realizados al extranjero,
y es muy fácil que se propaguen en una comunidad con un bajo índice de
vacunados.
Muchos científicos y médicos con
años de experiencia aseguran que cuando eran pequeños había auténtico terror a
ciertas enfermedades, como la polio, que ahora sí tienen vacunación, y que
muchos padres que no han pasado por esto, ni que tampoco saben de casos por sus
propios padres o abuelos, no vacunan a sus hijos porque “no saben lo que es”.
No se niega que las vacunas si puedan tener ciertos efectos negativos,
pero esta posibilidad es tan mínima que los beneficios compensan los riesgos.
En muchos casos ni siquiera se puede asegurar que dichos efectos negativos
(casos más bien aislados) sean provocados por las vacunas.
El “boom” que desató esta guerra
entre la comunidad científica y sanitaria (así como de la mayor parte de la
sociedad) y la oposición a la vacunación, se desató cuando el Dr. Wakefield publicó en The Lancet un artículo en el que decía
que la Triple Vírica era la responsable del autismo en muchos niños. Luego se
demostró que su teoría era falsa y carecía de valor debido a diversas
irregularidades en sus estudios. El Dr.
Fombonne nos explica que esta vacuna
se administra a una edad en la que a menudo se registran los primeros síntomas
de autismo; entre los 15 y los 18 meses de edad. “El hecho de que una cosa siga a la otra, no significa que una sea la
consecuencia de la otra”.
Posteriormente se realizaron
estudios epidemiológicos en Dinamarca en los que no encontraron diferencias
entre los índices de autismo en niños vacunados y no vacunados. A estos le
siguieron otros estudios en los que llegaron a las mismas conclusiones. No
obstante el escepticismo público hacia las autoridades científicas parece
seguir creciendo.
Se destaca también la relevancia
que adquirió internet en todo este
tema, pues muchos padres ya no están por la labor de hacer caso a lo que dice
su médico o la medicina oficial. Una pediatra admite que “lo más difícil es cuando una familia llega a la consulta con una
decisión ya tomada debido a algo que ha visto por internet u otros medios de
comunicación”.
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