miércoles, 5 de diciembre de 2012

Vacunas Comestibles


La idea de las vacunas comestibles es desarrollar alimentos transgénicos que posean en su composición la sustancia que desencadena las defensas del cuerpo. Es decir que, al ingerir el alimento en la dosis indicada, se estaría incorporando la vacuna y previniendo la enfermedad.
Actualmente, la vacunación se enfrenta a los grandes costos de las vacunas así como a dificultad de la distribución en lugares remotos y de difícil acceso. Una de las ventajas de estas vacunas es que podrían administrarse en forma oral, lo que evitarías los molestos pinchazos y, además, podrían fabricarse utilizando cultivos regionales, los que permitiría el acceso masivo a la vacunación incluso en zonas alejadas de centros sanitarios.
Considerando el grave problema del SIDA, este hecho es de gran relevancia. La aplicación de vacunas vía oral es una muy buena alternativa para las vacunas vía parenteral, en gran parte por las razones de bajo costo y fácil administración.
No obstante, una preocupación importante con las vacunas orales es la degradación de los antígenos en el estómago e intestino antes de que puedan inducir una respuesta inmune. Para protegerlos de ello se han desarrollado varios métodos, como el uso de cepas recombinantes de microorganismos atenuados, vehículos de bioencapsulación y, finalmente, las plantas transgénicas.
Una estrategia relacionada con la de vacunas comestibles utiliza a plantas transgénicas que expresan autoantígenos, por lo que una dosis oral de un autoantígeno puede inhibir el desarrollo de una enfermedad autoinmune a través del mecanismo de tolerancia.
 

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