lunes, 17 de diciembre de 2012

Vacunación en personas con inmunosupresión grave no asociada a VIH (IV)

Trasplante de órganos sólidos

Los pacientes trasplantados tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas y de que éstas tengan una evolución más grave. La necesidad de vacunación de estos pacientes se basa en la disminución de las defensas que sufren por tres mecanismos: el efecto de la enfermedad inicial, el rechazo del órgano trasplantado y el tratamiento inmunosupresor para evitar ese rechazo.
Lo aconsejado en estos casos es inmunizar a los niños antes de trasplantarlos, puesto que:
-          las infecciones evolucionarían en forma más grave por la inmunodepresión posttrasplante,
-          al vacunarlos desarrollarían una respuesta inmunológica menos eficaz,
-          y algunas vacunas podrían desarrollar efectos colaterales o rechazo del trasplante posterior a la inmunización, aunque esto no está demostrado.

Así pues, se requiere que por lo menos estos pacientes  completen los esquemas de vacunación con vacunas vivas atenuadas mínimo un mes antes del trasplante (triple vírica, polio oral, varicela, fiebre amarilla, BCG, antitifoidea oral y anticolérica), debido a que éstas están contraindicadas después de este. Las vacunas inactivadas como pertussis, difteria y tétanos, se pueden colocar post-trasplante.
Si no ha sido posible vacunar antes de recibir el trasplante se iniciará la vacunación a los 6 meses del mismo para las vacunas frente a la hepatitis B, Haemóphilus influenzae tipo b, meningococo, neumococo, tétanos-difteria y hepatitis A, y después de 1 año para la vacuna frente a la gripe. No deben aplicarse vacunas de gérmenes atenuados mientras se mantenga el tratamiento inmunosupresor.

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