Vacuna contra el ántrax

El ántrax es una enfermedad aguda infecciosa que puede afectar tanto a los animales como a las personas. Generalmente se produce en vertebrados salvajes y domésticos (ganado, ovejas, cabras, camellos, antílopes y otros herbívoros), pero cuando sucede en humanos, se da en aquellos expuestos a animales infectados o expuestos a tejidos procedentes de animales infectados. Existen varios tipos de ántrax:

- Ántrax cutáneo: En su forma más común,  provoca úlceras en la piel y, por lo general, fiebre y fatiga.

- Ántrax gastrointestinal: Esta forma de ántrax puede surgir como consecuencia de comer carne infectada cruda o poco cocida. Los síntomas pueden incluir fiebre, náuseas, vómitos, dolor de garganta, dolor e inflamación abdominal, e inflamación de los ganglios linfáticos

- Ántrax por inhalación: Los primeros síntomas pueden incluir dolor de garganta, fiebre leve y dolores musculares. En varios días, a estos síntomas se suman problemas respiratorios graves, choque y, con frecuencia, meningitis (inflamación de la membrana que recubre el cerebro y la médula espinal. Con frecuencia, es mortal.

La vacuna contra el ántrax no contiene las células causantes de la enfermedad y es efectiva contra por inhalación y el cutáneo. Se recomienda a personas que estén expuestas a grandes cantidades de la bacteria, entre los grupos de riesgo se encuentran:

• determinados trabajadores de laboratorios o de remediación;

• algunas personas que trabajan con animales o con productos derivados de los animales;

• parte del personal militar, según lo determine el Departamento de Defensa.

Estas personas deben recibir cinco dosis de la vacuna (en el músculo). Es necesario que se administren dosis de refuerzo anuales, de lo contrario sería necesario comenzar de nuevo la serie.

Además, se recomienda esta vacuna a las personas que no la han recibido y están expuestas al ántrax. En este caso el tratamiento consta de tres vacunas bajo la piel.

Como ocurre con todos los medicamentos puede causar reacciones graves, aunque no son comunes. Los problemas leves sí que ocurren con más frecuencia y encontramos entre ellos sensibilidad y enrojecimiento en el brazo de administración, moratones, dolores musculares, dolores de cabeza o fatiga.